Siempre he creido que hay dos maneras de estar solo: Una , cuando haces algo en que el estar solo no afecta a lo que haces, como puede ser ir en bicicleta, comprar el pan o masturbarse. La otra cuando esa soledad afecta concretamente a lo que estás haciendo en ese momento; como estar en una fiesta y decir: ¿Que hago yo aquí, solo entre tanta gente?, recibir un abrazo en el que sientes frío o besar a alguien porque era ese beso o nada, pero tu estabas lejos, en otro lugar.
Al grano; siempre me ha fascinado caminar por la ciudad de noche y ver las ventanas iluminadas y pensar qué puede pasar en el interior de esas casas. Pero lo que me obsesiona, lo que me chana, lo que me flipa son las tiendas, los bares vacíos, ...abiertos e iluminados, pero vacíos. Y pienso en Edward Hopper, que captaba esa soledad que emanan esos lugares. Miras a través del cristal y ves al empleado limpiando, tal vez un cliente o dos y las calles están vacías.
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Luís.