lunes, 22 de julio de 2013

Un chiste que no es un chiste


Van un nigeriano, un bulgaro y un español y el nigeriano dice:

- Yo cuando finalizo mi jornada y salgo por esa puerta (Señala la puerta de entrada y salida del trabajo) me olvido de todo esto y procuro pensar en cosas que me hagan feliz.

El bulgaro sonríe y el español no dice nada, pero piensa en algo que dijo alguien sobre no sentirse identificado con el trabajo que uno lleva a cabo, "alienación" o algo parecido.

La gracia de este chiste es que no tiene ni puñetera gracia, pero se cuenta en todo el mundo.


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Luis.


2 comentarios:

  1. Si tiene gracia, la misma que levantarse de noche para ir a trabajar y volver de noche del trabajo.

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  2. ¿Y la sonrisa que se te queda en la cara los Lunes? No tiene precio.

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