Podemos matar

Podemos matar a los que no piensan como nosotros; porque son de izquierdas, porque son de derechas, liberales, capitalistas, ecologistas, feministas.

Podemos matar a los que no sienten como nosotros; porque son homosexuales, porque son transexuales, porque no ven los mismos colores, porque no toleran los lacteos.

Podemos matar a aquellos cuya fe no sea la nuestra, porque son ateos, porque son judíos, budistas, musulmanes o católicos.

Podemos matar a los que animen al equipo rival, porque son de otro lugar, de aquí, de allá, porque su equipo no nos gusta.

Podemos matar a los extranjeros, porque no son de donde tu eres, porque hablan otra lengua, porque tienen otra cultura y otras costumbres.

Podemos matar a los que les gusten las cosas que a nosotros nos desagradan; las fresas, el color rosa, las películas de zombies, los bombones de chocolate, cantar en la ducha.

Podemos matar al  que es diferente a mí, a todo aquel que no sea yo, huela, respire y camine como yo y lleve mi nombre.

Y en esas estamos, en una especie de onanismo perpetuo que igual algún día, si no nos extinguimos antes, se transforma en amor.



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Luis.