Bibliotecas de Londres

Una de las cien mujeres de mi harén, mi favorita, me dice que ha estado hoy en una biblioteca y que aquello parecía más una sala de un hospital psiquiatrico que otra cosa.
Y recuerdo que yo, que antes las frecuentaba porque en ellas encontraba la calma y la posibilidad de enriquecerme espiritual o culturalmente, ya no las frecuento. Vamos, que antes voy al supermercado que a la biblio.

En ellas he visto peleas en las que tuve que hacer de arbitro, en ellas he tenido que mandar a la mierda a ancianos sobones, de ellas me han echado por no leer lo que se suponía que había que leer, me han pedido dinero, he tenido que soportar el olor de gente que no se lava, o escuchar a otros que cantaban o gritaban porque parece ser  que el lugar les inspiraba.

Cualquier día las incluyen en las guías turísticas de Londres.





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Luïs.