Ser un poeta maldito es dificil. Por más que lo intento no termina de funcionar; Ensayo posturas, pongo caras frente al espejo, hago como que todo me importa un pimiento.
Me dirijo a los USA a quemar mis venas con alcohol y a contagiarme de sífilis con alguna prostituta barata en un motel de carretera en plan Nicolas Cage en "Leaving Las Vegas" y termino en Valencia tomando horchata y bañándome en el mar de noche con unos amigos.
Encima me lo paso bien.
Vaya poeta maldito.
Seguiré intentándolo.
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Luïs.
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